La maravillosa historia de Alicia...
Erase una
vez, un día caluroso de verano, una niña llamada Alicia se encontraba leyendo
un libro en compañía de su hermana mayor a la sombra de un frondoso árbol a la
orilla de un riachuelo.
Alicia estaba aburrida de escuchar a su
hermana leer ese libro que no tenía dibujos, pero de pronto, vio pasar delante
de ella a un conejito blanco muy malhumorado, miraba un gran reloj que había
sacado del bolsillo de su chaqueta.
“Voy a llegar tarde, sé que voy a llegar
tarde, son ya las cinco y a las cinco y media tengo que estar, sé que no
llego”, dijo el conejito blanco. Y siguió corriendo refunfuñando para sus
adentro.
Alicia sorprendida
de lo que estaba viendo, siguió al conejito, que, un poco más lejos, se metió
en un gran agujero que había en el hueco de un árbol. Alicia se introdujo en el hueco del árbol,
pero de pronto noto que caía en el vacío. “¡Ay, que me caigo! Qué raro, caigo pero despacito, despacito
como si bajara en un paracaídas”, gritaba Alicia.
Al posarse sobre el
suelo, vio al conejo blanco que desapareció por una puerta chiquitita que había
en un rincón de la habitación, pero ella no podía pasar por esa puerta. Era el
señor Picaporte que no la dejaba pasar porque era demasiado grande, le dijo que
bebiera de un frasco que había en la mesa. Alicia lo tomó y de repente se
volvió tan pequeña como un conejo y ya podía pasar, pero ahora tenía otro
problema, la llave para abrir a Picaporte estaba encima de la mesa y como era
pequeñita no podía alcanzarla. El señor picaporte le dio una galleta que Alicia
comió y se hizo muy grande, ella triste empezó a llorar porque otra vez no
cabía por la puerta, pero volvió a beber del frasco y se volvió pequeñita otra
vez, tan pequeña que ahora viajaba en el frasco.
Dentro del frasco, ya en la mar se encontró
con Dodo un pájaro loco que navegaba por la mar sin ningún rumbo, Alicia estaba
sorprendida escuchando al Dodo hablar hasta que volvió a ver que el conejo
blanco entró en un bosque. Alicia corriendo fue detrás de él pero el conejo
desapareció, mientras Alicia lo buscaba apareciendo dos hombrecitos Tweedledee
y Tweedledum que solo querían jugar con alguien pero la niña tenía curiosidad
en saber donde iría el conejo blanco.
“¿Eres curiosa? Las ostras también eran
curiosas”, murmuraban los hombrecitos. Le contaron a Alicia la historia de “las
ostras curiosas.
Después de escuchar a aquellos hombrecitos,
la niña siguió caminando hasta que encontró una casita, era la del conejo
blanco, que estaba buscando sus guantes blancos, Alicia le ayudo y buscándolos,
vió unos pastelistos que ponían comeme, la niña comio uno y se puso muy grande,
tuvo que venir Bill, el lagarto que limpia chimeneras, para poder ayudar a
sacarla de la casa con ayuda de Dodo.
Una vez que Alicia pudo salir de la casa,
volvió a correr detrás del conejo. La niña se encontró un jardín maravilloso, donde
vió infinidad de enanitos, donde las flores hablan y animalitos muy raros. A todos les pregunto por la dirección del
conejo pero nadie sabía decirle por donde se fue. Así la niña siguió un caminito para ver si lo
encontraba. A lo lejos observaba un humo de colores, le llamó tanto la atención
que se acercó, era La Oruga, pero ella tampoco sabia indicarle hacia donde se
dirigía el conejo.
Perdida de nuevo por el bosque y sin saber
que camino escoger, apareció de repente un gato, que estaba un poco loco y
confundió todavía más a la niña, pero le dijo que le preguntara al Sombrero
loco. Este estaba celebrando la fiesta de no cumpleaños, la niña hablando con
el sombrero y la liebre paso el conejo blanco por allí corriendo y Alicia se
fue detrás de él; y otra vez se volvió a perder en el bosque.
Alicia con ayuda del gato risón entro en el laberinto de la Reina de
Corazones y allí por fin vió al conejo: “¡Vaya!,
¿con qué por esto era tu prisa?...que elegante vas conejito”, a lo que el
conejito responde: “Soy el mayordomo mayor de la reina de corazones”
Pues ahora tendrás que jugar una partida de
cartas con ella y si ganas, te mandar cortar la cabeza, pero si nota que haces
trampas para perder, te cortara la cabeza también.
Alicia se echo a temblar y trato de
esconderse detrás de una de las cartas, pero la reina la vió enseguida
¡Eh, tú, niña, ven aquí! ¿Quién eres tú? Exclamó la Reina
Pues...yo majestad...yo soy Alicia.
Pues bien Alicia, vamos a jugar una partida
de cartas, impuso la reina
Alicia se asustó, sin embargo comenzó la
partida tratando por todos los medios de perder todas las bazas con el fin de
no enojar a la reina, pero ésta que era muy astuta, se dio cuenta enseguida.
¿Qué haces, es que quieres perder, crees que soy tonta?
Pues no te librarás de mi castigo por haber venido a mi país sin mi permiso,
dijo la reina.
Yo majestad...la verdad es que...
¡Soldados, prendedla!
Alicia se vió perdida, echó a correr
perseguida por los soldados. Ya la alcanzaban, cuando se acordó de los
bizcochos de chocolate. Comeré uno a ver si recupero mi tamaño normal.
Alicia tomó un bizcocho y empezó a crecer y a
crecer...hasta alcanzar su estatura y entonces pudo escapar, pero no tan aprisa
como para evitar que una flecha lanzada por el cinco de trébol la alcanzara en
la palma de la mano.
¡Ay, mi mano! Entonces despertó, estaba en el
prado reclinada en su hermana, un mosquito la había picado en la palma de su
mano y ésta fue la causa de su despertar, asociando el picotazo con el dolor de
la flecha del cinco de trébol.
-¡Oh, pero si todo ha sido un sueño! Qué
cosas se sueñan...
Alicia se quedó mirando el horizonte
recordando su aventura en el País de las Maravillas, mientras maquinalmente se
rascaba la palma de la mano, donde se le había formado un circulito rojo
producido por la picadura del mosquito.
la historia esta imcompleta meta cen a esta pagina es mucho mejor wwwaliciaenelpaisdelasmaravillas>com
ResponderEliminarcomo los hiciron como son los personajes
ResponderEliminarbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
ResponderEliminarCOOL
ResponderEliminarCCTDG
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